1. El pluralismo bonito de Imanol Pradales
En Pedralbes, templo de la lúcida XXVIII Conferencia de Presidentes, lo más conmovedor fue ver a Pedro Sánchez pidiendo dejar «la crispación en el perchero».
También conmovió Isabel Díaz Ayuso por el compromiso institucional que la iluminó mientras abandonaba la reunión, quizá con algún pinganillo aplastado en los tacones.
Aunque lo más inspirador fue la llamada a respetar el «pluralismo» que enarboló un ofendidísimo Imanol Pradales. Encomiable. En el País Vasco, la universidad pública ha perdido su denominación bilingüe y ya solo es Euskal Herriko Unibertsitatea (cuando casi nadie la llama así). Y su principal aportación de esta semana es que, ante la crítica escasez de médicos, se les exija el nivel más alto de euskera (C1) para ejercer en los hospitales universitarios vascos. Es el clásico pluralismo nacionalista. Fuera se exige, dentro se combate.
2. Siete razones para desconfiar de Elon Musk
El mundo MAGA es muchas cosas, pero no aquello que según Michi Panero debe evitarse por encima de todo: un coñazo.
Nos llevamos las manos a la cabeza por el show de Leire y Aldama, pero el divorcio entre Trump y Musk es inenarrable. La estridente galaxia que aupó al republicano está en guerra, y esa guerra revela una tensión real entre el ala más nacionalista y la más libertaria.
Los digitales de la órbita trumpista no ocultan el nerviosismo. El más afín al presidente, Breitbart, dedica un artículo a detallar las «siete razones para no confiar más en Elon Musk que en Donald Trump»: sus «profundos vínculos con China», su pasado cercano a los demócratas, su «relación problemática con las drogas»…
La duda es hasta dónde llegará Musk. «A Trump le quedan 3,5 años como presidente, pero yo estaré por aquí durante más de 40», escribió el jueves. Susto o muerte.
3. Alemania se pregunta si es un país de vagos
Ya sabemos que en España vamos a dedicar 10.500 millones de euros a la defensa sin tocar ningún servicio público; que vamos a trabajar menos horas sin que la economía se resienta; que las piruletas crecen en los árboles y el algodón de azúcar en las playas.
En Alemania, donde siempre nos han llamado vagos, el discurso es el contrario. Friedrich Merz ha dicho que para salir de su grave crisis los alemanes deberán esforzarse más. El concepto es «Gewaltige Kraftanstrengung» (esfuerzo tremendo): trabajar más horas y de forma más eficiente, porque mientras la productividad por empleado ha crecido en EEUU, en Alemania se ha estancado.
Según la CDU, el problema es la obsesión de los empleados con la conciliación y la semana laboral de 4 días. Muchos economistas lo rebaten, y culpan a la transformación del mercado laboral y a la inacción política. Un debate adulto, venido del futuro. Aquí la jornada laboral dependerá del precio que calcule Puigdemont, célebre genio de las finanzas.
4. La ‘fórmula Meloni’ seduce al joven Bardella
Los politólogos suelen distinguir entre extrema derecha y derecha radical, que es autoritaria y nativista pero acepta la esencia de la democracia (la soberanía popular, el principio de mayoría). Antes en el Parlamento Europeo era más fácil aplicar la regla, porque por un lado estaban los extremistas (Alternativa para Alemania, Reagrupamiento Nacional) y por otro, los radicales (Vox, Hermanos de Italia…).
Ahora las líneas se han desdibujado, y es solo el comienzo. Un ejemplo es el fenómeno de Jordan Bardella en Francia. Después de que Marine Le Pen haya sido condenada a cinco años de inhabilitación, el veinteañero al que eligió como pupilo amenaza con destronarla, marcando un perfil propio, con el espejo de Italia. Mientras Le Pen, de acomodada familia pronazi, se ha abrazado siempre a la Liga de Matteo Salvini, el joven hijo de los suburbios elogia a la pragmática Georgia Meloni. ¿Cuál será la etiqueta? ¿Extrema derecha moderada?
5. Por qué en verano no hay comedor escolar
Las huelgas masivas de profesores en la Asturias socialista se cobraron este lunes la cabeza de la consejera de Educación, Lydia Espina. Los manifestantes piden muchas cosas, y seguro que tienen razones. Por ejemplo, mejores sueldos, porque están entre los más bajos de España.
Sin embargo, lo que más los ha enervado ha sido el plan de eliminar la jornada reducida que disfrutan en junio y septiembre. Traducción: Espina quería que los alumnos siguieran saliendo a las dos (no a la una) para que pudiesen comer en la escuela también en verano. En esto Asturias sí se sitúa en la media: predomina la jornada estival, con la excepción de la Comunidad de Madrid.
Adrián Barbón ya ha dado marcha atrás, y su claudicación es una señal muy mala. A veces parece que cada cambio destinado a que los colegios no sigan funcionando de espaldas a la realidad se topa con la furia de los profesores. Las familias (padre y madre trabajando, abuelos mayores y/o esclavizados) no pueden ir a la huelga.