Close Menu
  • Noticias del mundo
  • Crypto
  • Casino
  • Español
    • Português
    • English
    • Español

Subscribe to Updates

Subscribe to our newsletter and never miss our latest news

Subscribe my Newsletter for New Posts & tips Let's stay updated!

What's Hot

7 aspirantes a ETFs de Solana presentan S-1, pero se espera más “vaivén” con la SEC

junio 14, 2025

¿Es la volatilidad desmedida de Bitcoin cosa del pasado?

junio 13, 2025

El rally del 80% de Bitcoin refleja el patrón previo al conflicto Israel-Irán de 2024

junio 13, 2025
Facebook X (Twitter) Instagram
MetaDaily – Breaking News in Crypto, Markets & Digital Trends
  • Noticias del mundo
  • Crypto
  • Casino
  • Español
    • Português
    • English
    • Español
MetaDaily – Breaking News in Crypto, Markets & Digital Trends
Home » En la picadora de carne de Ucrania: “¿Queréis ver la guerra de verdad? Este es el lugar”
world-es

En la picadora de carne de Ucrania: «¿Queréis ver la guerra de verdad? Este es el lugar»

adminBy adminmayo 26, 2025No hay comentarios13 Mins Read
Facebook Twitter Pinterest LinkedIn Tumblr WhatsApp VKontakte Email
Share
Facebook Twitter LinkedIn Pinterest Email


Hay una máxima de cualquier proceso de triaje en un hospital de campaña: si aún puede gritar es que no está tan mal porque el que requiere la atención inmediata de los médicos es el que ya no se queja. Sin embargo, Vasil rompe esa regla, porque aún puede gritar, aunque sea con un doloroso hilo de voz, mientras le queda un suspiro de vida. Desnutrido y deshidratado, con la cara y las manos negras de humo y tierra, mira a algún punto indefinido de la habitación con los ojos rojos de cansancio como si viera al diablo mientras balbucea algo ininteligible a la enfermera. Le cortan la ropa de combate, ya acartonada, y emerge el olor corporal que se corresponde con no haberse duchado durante semanas. Algunas enfermeras se ponen mascarilla o se colocan una bola de ambientador colgada del cuello. El infierno apesta.

No sabemos su unidad militar, pero nos dicen que ese hombre viene de primera línea y llevaba meses combatiendo allí, sin relevo. Tiene heridas en todo su costado derecho, como si algo le hubiera rociado trozos de metralla. Tratan de preguntarle qué le ha producido esas quemaduras y laceraciones, pero lo único que repite es su nombre. Vasil, Vasil. Vasil. Su rostro cuenta más de la guerra real que cualquier biblioteca militar.

Lleva anillo de casado y nos preguntamos si su mujer, si su familia imagina que su ser querido, un hombre que debería estar en su casa, dedicado a lo que se dedicaba antes de la invasión de Putin, está sometido a estas condiciones inhumanas. No sólo por las heridas, sino por el dolor que su mirada refleja, una mirada de haber probado el horror a sorbos.

48 horas de acceso

Estamos en la madrugada de la nueva ofensiva rusa, en el lugar más caliente del frente. Las aldeas cercanas a la primera línea permanecen en silencio y sin luz. Aquí sólo funcionan estos puntos de evacuación que aprovechan la noche para trasladar a los heridos y recibir atención médica. Radios crepitantes informan de que nuevos heridos llegan y deben estar preparados. Nos dan 48 horas para contar esta historia en dos hospitales diferentes y con dos condiciones: una, no estorbar al personal. La otra, no desvelar las localizaciones. «¿Queréis ver la guerra de verdad? Pues este es el lugar y este es el momento», dice Sergii, un doctor que nunca pierde la sonrisa, incluso en esta picadora de carne.

Anatoli, herido en la cabeza por un tanque.

Anatoli, herido en la cabeza por un tanque.ALBERTO ROJAS

Un carro de combate ruso disparó contra la posición que Anatoli defendía a las 9:00 de la mañana. Un trozo de metralla del tamaño de una canica perforó su casco, rompió su cráneo y quiso alojarse en la capa externa de su cerebro, apretando hacia abajo sus meninges y la masa encefálica. Sus compañeros le hicieron un vendaje de fortuna y siguió combatiendo, ya que era lo único que podía hacer. Ahora le quitan el vendaje 12 horas después de aquel disparo del tanque, ya sucio y con la sangre seca, lo que revela el agujero en su cabeza. Un doctor le pregunta su nombre y qué ha pasado, pero tiene que hacerlo a voces, porque la explosión lo ha dejado casi sordo. «¡Me llamo Anatoli, tengo 48 años y soy de Zaporiyia!», grita. Para sorpresa de los presentes y a pesar de las posibles lesiones cerebrales, se levanta por su propio pie. Lázaro, levántate y anda.

«Aquí las evacuaciones se hacen de noche. No hay manera de poder traer a un herido a plena luz del día. Eso lo saben todos», dice la jefa médica del batallón Lobos Da Vinci, la carismática capitana Alina Mijailova, viuda de Mijailo Kutsibailo, alias Da Vinci, condecorado por Zelenski como «Héroe de Ucrania».

– Alina, ¿cómo te afecta esto en lo personal?

– No lo sé. He perdido la capacidad de medir mi propia herida psicológica. Estoy rota por dentro y ya no puedo hacer otra cosa.

Montacargas del hospital cargando heridos.

Montacargas del hospital cargando heridos.ALBERTO ROJAS

Llegamos a este pequeño punto de estabilización de pacientes justo cuando comienzan a llegar heridos. Ambulancia tras ambulancia, Volodimir Saykò, pediatra antes de la guerra y fumador incansable, se prepara para una larga noche de trabajo: «Ayer tuvimos más de 100 personas para atender y hoy esperamos más. El equipo médico está agotado, pero intentamos mantener el buen humor. En el tiempo que llevo en la guerra nunca había visto llegar tantos en tan pocas horas». Un grupo de capellanes militares de uniforme espera tomando un café en un pasillo. Ellos calmarán a los heridos, les leerán algún pasaje de la Biblia, tratarán de confortarles y, si es necesario, les darán la extremaunción a los moribundos.

Vladimir Putin ha ordenado acelerar todas las operaciones mientras Trump ha fracasado en su caótico intento de pacificación. El renovado objetivo del Kremlin es llegar a la frontera que separa las regiones de Donetsk y Dnipropetrovsk, a tres kilómetros del frente. Para ese cometido ha lanzado a oleadas de rusos contra todo aquello que puede moverse: motos, carritos de golf, patinetes eléctricos… Buscan moverse rápido, huir de los enjambres de drones ucranianos e ir tomando posiciones ucranianas en aldeas destruidas al precio que sea, y ese precio es muy alto. Lo saben en puntos de estabilización como éste y lo saben los carpinteros de ataúdes a ambos lados de la línea de combate. Sergii asegura que también ha tenido que atender a soldados rusos capturados. «Lo hago porque me convenzo a mí mismo de que si lo curo, ese ruso será después intercambiado por un ucraniano», se justifica.

Vasil, un herido recién llegado al hospital de campaña.

Vasil, un herido recién llegado al hospital de campaña.ALBERTO ROJAS

Mientras tanto, los doctores reescriben estos días la literatura dedicada a la medicina bélica. «La mayoría de heridas son por drones y suelen ser menos graves que las producidas por artillería o balas, pero hay un problema: la imposibilidad de mover a los heridos hasta la madrugada provoca que las piernas o los brazos con torniquetes se gangrenen y haya que amputarlas», comenta Dimitro, un doctor que permanece imperturbable frente al panorama desolador que se les viene encima conforme avanza la noche.

El que ya no camina es Yaroslav. Su cuerpo ha salido del shock, la adrenalina que lo sostenía ha bajado y las piernas ya no le responden. Un dron ha estallado junto a él y le ha llenado su lado derecho de metralla. Natalia, una enfermera que jamás estudió para ser enfermera, le quita el pantalón, teñido de rojo sangre y hecho jirones, y le limpia la cara tiznada de negro. Cansados de ver carne abierta y sangre coagulada, tenemos que salir a respirar en medio de la noche sin luces, donde podemos escuchar el frente cercano. Todo huele a humo, goma quemada, basura y polvo de ladrillo. Es un olor a guerra que se mastica entre los dientes. El doctor Saykò fuma un cigarrillo tras otro. Su ceniza encendida es la única luz de la noche.

Envenenados por la propaganda

Cuando se habla de las bajas de una guerra, siempre se distingue entre civiles y militares, entre hombres adultos, por un lado, y mujeres, ancianos y niños por otro. La muerte de los primeros se asume como un mal menor, pero los segundos siempre se consideran víctimas intolerables. ¿Acaso estos hombres que llegan en camilla, con el uniforme ensangrentado, no tienen vida, ni seres queridos, ni sueños? ¿Qué hay de los del otro lado? ¿Los soldados rusos, incluso aquellos envenenados por la propaganda y las mentiras del régimen de Putin, no merecían vivir su vida en paz en vez de venir a morir, deshauciados, a una aldea perdida y destruida en Donetsk? Regresamos de nuevo al interior del hospital. «Aquí no vienes a contar la guerra, sino a sumergirte en ella», me dice el doctor Saykò.

Olec, herido en la espalda por un dron.

Olec, herido en la espalda por un dron.ALBERTO ROJAS

El frente para ellos ya no es un lugar, sino un estado mental donde la muerte es rutina y donde nadie quiere volver. Olec tiene la mirada perdida, como un sonámbulo. Algunos de estos soldados ya no regresan del todo de las trincheras. Quedan como extraviados porque hay lugares de los que no se vuelve. Olec escucha y responde, pero ya no es el mismo. Se le ha quedado el alma chamuscada. Su compañero, en cambio, está exultante. De toda la metralla posible, sólo se ha traído un picotazo en la pierna. «Llevo ocho meses en el frente y hoy es el día más feliz de mi puta vida. Por fin salgo de este lugar del infierno», afirma con una sonrisa. Son hombres endurecidos y brutalizados que sueltan tacos terribles para burlarse de la muerte tras mirarla a los ojos. Todos ellos están sometidos a la rutina del dron: no salir de la trinchera bajo ningún concepto, ni siquiera para hacer sus necesidades, que se depositan en bolsas dentro de la trinchera.

Las enfermeras eligen para ellos ropa civil donada, los desnudan, les quitan la roña con toallas húmedas y recogen sus efectos personales. Algunos se quedan en su cuerpo, como las chapas de identificación o el reloj de pulsera. Otros caen de los bolsillos del uniforme: abrelatas, navaja, una pastilla de jabón, una foto del soldado con su mujer y sus hijos en tiempo de paz, el móvil, un paquete de tabaco y un encendedor con el tridente de Ucrania grabado en el metal que brilla sobre la carne sucia. Es el escaso equipaje de los que pueden morir.

Dos militares llegan mareados. Hace horas los rusos les lanzaron granadas con gas venenoso, como las que se usaban en la Primera Guerra Mundial, y tienen la tensión por las nubes. Ambos respiran mal, tienen un fuerte dolor de cabeza y se muestran desorientados. Les toman la tensión y el pulso. Uno de ellos está en 180 pulsaciones pese a estar tumbado, al borde del infarto.

Rotación estajanovista

Otro de sus compañeros lleva una herida de bala en la mano, algo cada vez más raro de ver, porque ya casi no hay enfrentamientos cara a cara, soldado a soldado. «Nos disparamos el uno al otro casi al mismo tiempo. El ruso me hizo esto, aunque no acerté a ver qué le hice al otro, porque tiré una granada y me largué», dice Sasha, que tiene la piel gris, pero responde. Lleva dos dedos colgando de los tendones. «Es curioso, me han dado en la misma mano que ya me hirieron hace unos meses», comenta con cara de dolor. Llora y las lágrimas le abren dos surcos limpios sobre la mugre del rostro.

Herido en la espalda por un dron ruso.

Herido en la espalda por un dron ruso.ALBERTO ROJAS

El médico le hace un vendaje de urgencia que le aguante hasta el siguiente hospital, donde tendrán que operarle y reconstruirle la mano. Los quirófanos funcionan 24/7 en una rotación estajanovista. Es difícil que Sasha vuelva a combatir. La guerra se ha terminado para él.

«Hay soldados que nos llegan varios días después de ser heridos. Ayer atendimos a un militar que llevaba cuatro días con un torniquete en el brazo», dice Saykò, que nos enseña la foto. El brazo presenta un color gris de carne muerta. «Es evidente que ya tenía gangrena y que sólo quedaba amputar. El torniquete no le salvó el brazo, pero le salvó la vida».

La Operación Militar Especial que iba a durar tres días se extiende ya por su cuarto año mientras Donald Trump, que prometió acabar con ella en 24 horas, ya se desentiende y deja la paz en manos del nuevo Papa. EEUU desatiende todos los compromisos realizados por su propio país para preservar la soberanía de Ucrania y Europa sigue arrastrando los pies en una invasión que sucede a sus puertas. Pero el pueblo ucraniano lucha por cada centímetro de su tierra. Soldados de más de 50 años reclutados a la fuerza se mezclan con veinteañeros voluntarios en un esfuerzo hercúleo por mantener posiciones estratégicas en lugares donde hay 1.000 cosas que pueden matarte y armas de todos los calibres intentando hacerlo. Son estos tipos que hoy tenemos delante en el hospital. Aquí no hay épica, no hay victoria ni medallas. Solo hay olor a sudor, un miedo que se mastica y personal con sueño.

Los drones han aliviado algo la siempre acuciante ausencia de munición y, sobre todo, la falta de soldados de infantería para defender todos las posiciones del frente. La robotización del campo de batalla supone, según el comandante Olexander Yabchanka, del batallón Honor, «la mayor revolución militar desde la invención de la pólvora». Ucrania va por delante de los rusos, pero cada innovación es copiada días después por los ingenieros de Moscú.

Un teatro desde Moscú

Según los servicios de inteligencia ucranianos, mientras el Kremlin teatraliza un supuesto interés por la paz para tener a Trump enganchado en su propia mentira, Moscú está aprovechando la oportunidad para preparar nuevas grandes ofensivas para el verano. En este punto del frente ya han comenzado. Putin, dirigiendo él mismo la guerra como hacía Adolf Hitler pese a que no es militar, condecora a generales a diario, se reúne con viudas de soldados seleccionadas por sus colaboradores que le «agradecen» haber mandado a sus maridos a morir al frente y desvía cada vez más fondos hacia la industria militar, que ya es la locomotora que impulsa la maltrecha economía rusa. Putin, que ya se ha convertido en un yonki adicto a la guerra, fracasó conquistando Ucrania en tres días, pero triunfó envenenando a la Casa Blanca en tres meses.

La prensa rusa dice estos días: «La unidad de Occidente se ha desvanecido. Geopolíticamente, ya no es una alianza. El trumpismo ha destruido el consenso atlántico con seguridad y rapidez». En Moscú se frotan las manos mientras que a ambos lados despliegan paneles que tapan edificios con la imagen de heroicos combatientes que luchan por defender su patria para seguir reclutando. Hay una diferencia esencial entre ellos: sólo uno dice la verdad, sólo uno se ve obligado a defenderse de la agresión del otro. Es una lucha a muerte por mantener posiciones cavadas en la tierra negra por las que mueren a veces cientos de hombres sacrificados por la venganza imperial de un viejo espía frustrado.

Nadie conoce el número de bajas real de la guerra, pero las estimaciones más fiables sitúan el de Ucrania en unos 600.000 entre heridos, muertos y desaparecidos y unos 950.000 en el caso de Rusia, cifras no vistas desde la guerra de Vietnam.

El escritor Michael Hopf define este proceso con su teoría del ciclo: «Los tiempos difíciles crean hombres fuertes; los hombres fuertes crean tiempos fáciles; los tiempos fáciles crean hombres débiles; y los hombres débiles crean tiempos difíciles». ¿Son entonces estos soldados el resultado de los tiempos difíciles?

Fuera del hospital espera con el motor encendido un camión frigorífico con el letrero «Cargo 200», o sea, el código de los muertos.



Source link

internacional
Share. Facebook Twitter Pinterest LinkedIn Tumblr WhatsApp Email
Previous ArticleActividad de la red Solana y su patrón gráfico apuntan a un precio de 300 dólares por SOL
Next Article La industria de criptomonedas insta a la Comisión de Valores a aclarar su postura sobre el staking
admin
  • Website

Related Posts

Lux Pascal, actriz trans y hermana de Pedro Pascal: «Yo soy artista, no hice pública mi transición ni por activismo ni por nada panfletario»

junio 11, 2025

Trump, contra la última frontera

junio 10, 2025

Las 10 razones que llevan a Trump a avivar el choque con California

junio 10, 2025

Espinacas a la crema. Receta fácil y casera

junio 10, 2025

Comments are closed.

Our Picks

7 aspirantes a ETFs de Solana presentan S-1, pero se espera más “vaivén” con la SEC

junio 14, 2025

¿Es la volatilidad desmedida de Bitcoin cosa del pasado?

junio 13, 2025

El rally del 80% de Bitcoin refleja el patrón previo al conflicto Israel-Irán de 2024

junio 13, 2025

Playtech y MGA lanzarán nuevas tragamonedas en toda España

junio 13, 2025
Don't Miss
crypto-es

7 aspirantes a ETFs de Solana presentan S-1, pero se espera más “vaivén” con la SEC

By adminjunio 14, 20250

Siete solicitantes de ETF de Solana presentaron declaraciones S-1 ante la Comisión de Valores y…

¿Es la volatilidad desmedida de Bitcoin cosa del pasado?

junio 13, 2025

El rally del 80% de Bitcoin refleja el patrón previo al conflicto Israel-Irán de 2024

junio 13, 2025

Playtech y MGA lanzarán nuevas tragamonedas en toda España

junio 13, 2025
About Us
About Us

Welcome to MetaDaily.io — Your Daily Pulse on the Digital Frontier.

At MetaDaily.io, we bring you the latest, most relevant, and most exciting news from the world of affiliate networks, cryptocurrency, Bitcoin, egaming, and global markets. Whether you’re an investor, gamer, tech enthusiast, or digital entrepreneur, we provide the insights you need to stay ahead of the curve in this fast-moving digital era.

Our Picks

Playtech y MGA lanzarán nuevas tragamonedas en toda España

junio 13, 2025

Yggdrasil amplía su presencia en España con Luckia y lanza Dick the Farmer

mayo 26, 2025

España lanza programa de subvenciones de 1,05M€ para investigar daños del juego

mayo 21, 2025

Subscribe to Updates

Subscribe to our newsletter and never miss our latest news

Subscribe my Newsletter for New Posts & tips Let's stay updated!

Facebook X (Twitter) Instagram Pinterest
  • Home
  • About Us
  • Advertise With Us
  • Contact Us
  • Privacy Policy
  • Terms & Conditions
  • DMCA
© 2025 metadaily. Designed by metadaily.

Type above and press Enter to search. Press Esc to cancel.